Tucuman_20May21

Tucuman_20May21

20-05-2021

Recibí en mi teléfono celular un link que invitaba a escuchar a Bobby McFerrin. Entrar resultó en, además de disfrutar, conocerlo. Saber que existe. También que You Tube existe.

Además, por razones que relataré, lo siguiente que hice fue conocer la fecha en que fue grabado este recital en vivo, en Montreal el 7 de septiembre de 2013.

Es también casi automático que mi deformación profesional, origine la necesidad de interesarme en la historia actual, o sea al 20 de mayo de 2021 y la relación con ese momento que puedo ver en You Tube. 

¿Vive aún?

Ese dato es por sí mismo importante. Más aún, el archivista que vive en mi alma pedía más información. Quería preguntar sobre el contexto y de hecho, la influencia temporal necesitaba ser ubicada en un espacio. Tratar de conocer y entender la relación de mi temporalidad y espacialidad, con lo que estaba pasando en la pantalla de la computadora. Esa música e imágenes, las que mostraban a McFerrin creando sonidos y climas, sonrisas y ritmos internos en los espectadores. También la mujer que jugaba en su trapecio en las alturas sobre el escenario. Los niños acompañando con sus sonidos bucales y sonrisas. O el hombre que canta con él tomándose en serio la propuesta. Una mujer joven con su chelo y su voz sumándose a la voz de McFerrin.

Pasaron 8 años desde ese recital. Quién sabe dónde y en qué circunstancia histórica sucedió. Pero, de nuevo el archivista pregunta desde el cerebro. ¿En qué contexto sucedió? ¿Cómo estaba yo en ese momento? Aquí, en Tucumán, Argentina a ¿8080 kilómetros de distancia?

 Pues no recuerdo que pasaba aquí en ese momento. Dónde y qué estaba haciendo en esa instancia temporo espacial. Mucho menos ahora en pandemia, donde todo se ha cargado de fragilidad.

¿Pero para qué saber? Porque hoy, en este momento que estoy escuchando y mirando el recital nuevamente no consta en mis sensaciones vivenciales, el tiempo que pasó, entre aquel recital y mi experiencia sensorial del presente.

Recuerdo en este momento una historia que Umberto Eco que relata sobre una persona que en este momento, cuando la televisión y las redes sociales y el internet en general, influencian de variados modos la relación con la realidad. Eco relata que un hombre se encuentra con un actor muy conocido en el cine. Era Antony Queen. Lo toma de las solapas de su saco y lo arrastra hasta una cabina telefónica y llama a su amigo y le dice: Estoy aquí con un hombre que se parece muchísimo a Antony Queen, es como si fuera él mismo. Luego de contar esto a su amigo, deja de retener a Queen y se queda conversando trivialidades hasta que corta el teléfono. 

Dice Eco que realmente las imágenes y sonidos de nuestro presente construyen realidades que van más allá de la realidad misma. Como si la realidad física y temporal, fuera más débil que aquella que se construye en las redes de la internet. 

Tengo la sensación que esta realidad, construida por quienes sabemos tienen interés creados para que creamos que esta ilusión, se cargue de realidad simulada para que sea más fuerte y coherente que la experiencia física propiamente dicha. 

A nuestros sentidos los necesitamos para experimentar. Tocar, oler, saborear, oír/escuchar, ver/mirar, en otras palabras, sentir, nos permite la empatía con lo que está más allá de nosotros mismos y en nosotros mismos. 

Pero, con solamente oír y ver nos convencen a creer lo que nos proponen, que en la práctica sería como formar parte pasiva de un reality show incontrolable del que no somos conscientes.

Sin duda estoy hablando de una intensa pérdida de control sobre mí mismo.

Bueno, vuelvo a Bobby McFerrin. ¿Todas las preguntas que onoté más arriba tienen sentido a la hora de escuchar y ver este recital de hace 8 años? 

Pues yo creo que el disfrute que nos propone este modo/medio de comunicación, es sumamente placentero como para pensar siquiera en desechar la experiencia que me produce.

La vida y la muerte. El infinito y la finitud. El presente continuo sin medida ni límites. La realidad y la ilusión. 

Si hoy la información que recibimos a través de los mass media, en el formato de documental, información, publicidad, efectos especiales de una película o una serie en streaming es la realidad creíble, ¿debemos dudar de esa construcción interesada y creer que es la realidad es esa que nos proponen sin cuestionamientos? ¿Qué es igual a la realidad misma? 

Los instrumentos que utiliza McFerrin son simples. Sonidos rítmicos que creados con su boca, manos y pies, acompañado por artistas con los que convive en el escenario. Con esos sonidos construye la ilusión de estar escuchando esos instrumentos que conocemos y escuchamos eventualmente, pero que sobre el escenario no están. Están en nuestro cerebro, en nuestros recuerdos y experiencias grabadas en cada una de nuestras células. ¿Podremos dudar mientras disfrutamos la experiencia que el artista nos propone? 

¡Pues sí!  ¡Claro que sí! 

Podemos dudar solamente si contamos con la libertad que nos propone y promete el conocimiento, la cultura, la ciencia, el arte. Allí es, donde reside la verdad, en el arte que lee y transcribe la realidad, sintetizando la experiencia de las personas que conviven en una sociedad que, aunque subjetiva también, se construye a sí misma. Es desde donde el artista comunica una realidad subjetiva suficientemente amplia como para pensar que, para cada uno de nosotros es la verdad pura y objetiva. 

Carlos darío albornoz

Tucumán – Argentina

Julio 17 de 2021

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